Treasure of Big Totem 5

Treasure of Big Totem 5 es un nuevo juego de Aventura en Español creado por Federico Rutenberg autor de la serie Esklavos y Doctor Ku.


Esta vez Victoria debe revelar los misterios que esconde la cascada, para encontrar pistas sobre el tesoro del Gran Tótem...
Buena Suerte!!!

Jugar Treasure of Big Totem 5


Actualización: Solución del juego en forma de cuento creado por Juacofl

La isla está enfrente de nuestro barco, pero en esta ocasión será Victoria la encargada de la búsqueda del tesoro del Gran Tótem. Pero mejor les cuento...


Esta vez, me vi en la obligación de mandar a Victoria a explorar una nueva isla. Mi dichosa espalda estaba dándome la lata otra vez, debía de guardar reposo hasta que me permitiera andar con normalidad.

Una vez que Victoria desembarcó, se adentró en la isla hasta que se topó con una gran cascada. En el fondo del remanso observó unas algas, fuertes como lianas, que le servirían para escalar las rocas. Con el agua hasta la cintura, en el momento de cogerlas, un delfín juguetón le impedía tomarlas (debió quedar atrapado con la marea alta). Observando a su alrededor, en la orilla derecha, vio un palo que le serviría para distraer al delfín. Ya casi lo tenía en sus manos cuando apareció un leopardo. Menos mal que aún no había salido del agua. ¡De todos es conocido el amor que le tienen los felinos al agua! ¿Cómo lo resolvería? Agarró tres piedras de la arena, provocó al leopardo para que volviera a salir y, afinando la puntería, lanzó las piedras contra una roca medio desprendida del lado derecho de la cascada. La roca cayó al agua y con sus salpicaduras asustó al animal. De esta forma pudo coger sin problemas el palo. Ahora tocaba distraer al delfín. Nuevo intento de agarrar las algas y, en cuanto asomó el delfín, le lanzó el palo hacia lo lejos, como cuando se lo lanzamos a un perrito. Las algas ya estaban en su poder, pero seguía sin poder trepar, faltaba un gancho para poder lanzarla y anclarla en lo alto de la cascada.

Victoria vació el contenido de su mochila, en la orilla, junto a una roca. Un detector de metales, un trozo de tela y unas cerillas era todo su contenido. Con el detector de metales empezó a buscar por todos lados. En el agua, cerca de las hierbas de la orilla, localizó algo metálico, era un ancla. La enganchó a la cuerda hecha con las algas y, con fuerza, la lanzó a lo alto de las rocas a la izquierda de la cascada. Una vez bien tensada la cuerda, trepó por ella hasta llegar arriba.

Al otro lado de la orilla, una iguana estaba calentándose al sol recibiendo su dosis diaria de rayos UVA y UVB. A su lado, un cetro; pero, no tenía con qué cruzar el río ni nada para poder alcanzar a cogerlo. Además, la roca situada en el centro del río tenía un agujero en el que podía encajar el mango del cetro: debía tener alguna función. Agitó las ramas del árbol y asomó una mosca volando, le tiró piedras a la iguana para despertarla, olvidó que las iguanas son en general herbívoras y sólo comen insectos cuando tienen mucha hambre. Pero bueno, con el intento fallido de comerse la mosca, el cetro cayó al agua y la corriente lo empujó por la cascada. Victoria descendió por la cuerda y allá en la arena estaba el cetro. Al recogerlo del suelo, observó un letrero en el que estaban escritas las letras “ACB”, pero no le dio ninguna importancia.

Ascendió de nuevo hasta lo alto de la cascada y colocó el cetro en el agujero de la roca. Un gran ruido se oyó proveniente de la cascada, bajó y se encontró con una gran abertura detrás de la cortina de agua. Dada la oscuridad, precisaría de una antorcha para entrar. Justo en la entrada de la gruta había un palo, lo unió al trapo para formar la antorcha y con las cerillas la encendió. ¡Eso ya era otra cosa! En su interior encontró los restos de otra antorcha, una mochila y un mapa. Alguien estuvo allí antes que Victoria, pero no consiguió abrir el cofre, faltaba la llave. Ella tampoco la tenía, así que todo su gozo en un pozo. Resolvió marchar para informarme y traer el material necesario para abrir el cofre antes de que lo hiciera otro. De todas formas, para no irse con los bolsillos vacíos, decidió ir a recuperar el cetro.

Al retirar el cetro de la roca, de entre la corriente de agua, asomó un bloque de piedra con la letra “B” grabada. No le dio importancia aunque se quedó un poco pensativa. Al descender vio en el remanso que también asomaban dos bloques de piedra, que antes no estaban. Llevaban grabados las letras “A” y “C”. Se acordó del cartel de la pared izquierda de la cascada, el que tenía escritas las letras “ACB”. Decidió pulsar sobre los bloques de piedra en el orden señalado. Al hacerlo sobre el de la “A” se sumergieron las piedras. Volvió a subir y colocó de nuevo el cetro, asomaron otra vez las piedras, ahora le tocó pulsar sobre la “C”. Otra vez desaparecen las piedras, otra vez arriba, quitó el cetro y asomó la “B”, era la última según el cartel. Pulsó sobre ella y escuchó un sonido que vino de abajo. Fue a ver a qué se debía. Algo brillaba en la zona derecha del remanso de agua. ¡Oh sorpresa, era una llave! ¿Abriría el cofre del tesoro?

Colocó nuevamente el cetro en su lugar, para que se abriera la gruta. Entró en ella y rápidamente usó la llave en el cofre. ¡Encajaba! Lo abrió y, dentro, halló un pergamino. Estaba escrito: “Tu búsqueda sigue en el arrecife”.

Y en ello estamos. Creo que entre Victoria, Axel y yo conseguiremos nuestro objetivo: hallar el tesoro del Gran Tótem.

Gracias Juaco...