Museum Escape: Relato

Museum Escape es un juego de escape realizado por 123bee.

Jugar Museum Escape

Tan aficionado estaba mirando las antigüedades que no me di cuenta que cerraron el museo. No pienso pasar la noche a solas con los fantasmas del pasado. Debo buscar la manera de salir...

Cojo un cuchillo de piedra de los que están en el suelo. Me doy la vuelta. Pruebo de forzar la puerta pero es imposible. En la mesita de la izquierda hay un montón de llaves antiguas. Escojo tres. Con el cuchillo, una a una, corto las llaves. Selecciono dos aros y la pieza pequeña. Vi una estatua del César. Con paciencia le quito la corona de hojas de olivo. Al fondo una estatua de un rey indio, se la coloco en la cabeza y se abre un hueco en el suelo. Una caja de cristal con una espada dentro. No puedo abrirla, buscaré algo para romperla.

Arranco la séptima costilla del esqueleto de dinosaurio y con ella golpeo la caja. El cristal salta hecho añicos. Agarro la espada. Con el cuchillo corto un trozo de metal. Al trozo de metal le añado uno de los aros y la otra piececita. ¡Fabriqué una llave! No me abre la puerta de la calle pero sí la que está detrás del dinosaurio.

Al frente tengo unos pequeños monolitos con inscripciones. En uno de ellos, con tanto polvo, no se aprecia bien el dibujo. A la derecha un montón de joyas y un águila disecada. Lamento destrozarla porque el taxidermista hizo una obra de arte. Le quito una pluma de su ala derecha y la uso para limpiar bien el monolito polvoriento. Aparece el bajorrelieve de una serpiente y encima, como si se la estuviera comiendo, una moneda. La cojo. Busco más monedas. De entre el montón que hay en el expositor a la izquierda cojo una. Otra moneda medio escondida detrás del cofre, en su vista lateral. En el cuadro, encima del cofre, otra. Recuerdo haber visto una serpiente en la entrada. En su cola asoma algo.

Alimento la serpiente con las monedas, como en la inscripción. Nada de nada. No me quedan más monedas. Le doy a comer también el aro. Golpeo la cola y aparece una llave.

Con la llave abro la puerta situada entre las estatuas del fondo. ¡Qué veo! Un gran diamante digno de ser extraviado. Naturalmente está protegido por un haz de láser que hará sonar la alarma si se me ocurre acercarme. Debo desconectarla si quiero tenerla en mis manos. Vuelvo a la sala principal. Detrás de la estatua de una reina hay una caja de registro de electricidad, pero no puedo acceder sin apartar la estatua. Debe haber algún mecanismo. Me dirijo a la mesita de la serpiente.

Debajo hay un artilugio que puede dar vueltas. Arranco un trozo de madera de la parte derecha del piano y, colocándolo en el agujero, lo uso a modo de manubrio. Se oyó un ruido. Me doy la vuelta y veo cómo la estatua de la reina se desplaza y deja a la vista la caja de registro. Necesito algo para abrir la tapa. En la pared de la sala hay un escudo con tres espadas.

De la espada izquierda arranco la empuñadura ya que la tiene un poco suelta. Con ella consigo abrir la tapa. Ahora necesitaré un destornillador. Vi uno entre los cuchillos que están en la mesita debajo del escudo. Lo uso como un profesional y suelto la tapa interna. A la vista: un fusible. Lo extraigo con precaución. Se apagaron las luces. ¡Ésta es la mía! Entro en la sala sin miedo. Los láseres ya no están activados.

Agarro el diamante y... ¡está tan oscuro! Agarro una llave que está en el mismo lugar. Vuelvo a colocar el fusible en su sitio. ¡La luz se hizo!


Probando, probando, la llave abre el cofre. Un prisma triangular dentro de una caja de cristal. No consigo romper la caja con nada, parece ser que es cristal de seguridad. Tengo algo que seguro va a poder cortar el cristal. Con el diamante hago un círculo en la tapa. Se abrió mejor que una lata de conserva abrefácil.

Agarro el prisma y me dirijo hacia la puerta de salida. En el mueble que hay junto a la puerta hay una lámpara. La quito de encima de su soporte y la aparto a un lado. En el soporte coloco el prisma. Ahora ya solo me falta dirigir la luz.

Pongo el diamante entre la lámpara y el prisma. El haz de luz da de lleno en el prisma triangular descomponiéndose en los colores del arco iris al atravesarlo. La fuerza de los colores da de lleno en la puerta y ésta se abre. ¡Podré pasar la noche en casa!

Gracias Juacofl!!!